Instrucciones para amarrarse las agujetas

Querido hijo, 

tu mamá me pide que escriba un texto sobre cómo amarrarse las agujetas (esa complicación de la vida que cualquier niño debe superar), pero me dice que lo haga a la manera de Julio Cortázar. La verdad es que no tengo la menor idea de cómo se amarraba las agujetas Cortázar. En estas fotos no se aprecia muy bien. 

Julio Cortázar

Julio Cortázar de nuevo

Lo que sí sé es cómo te tienes que amarrar las agujetas (y que a tu mamá le gusta un poco ese tal Julito Cortázar). Aquí voy. 

Seguro habrás notado que el calzado es quizá de todas las prendas que llevamos encima, la que más curvas y pliegues tiene. Esto se debe a la forma tan evolucionadamente extraña que tienen nuestros pies. Al mismo tiempo, es la parte del cuerpo de mayor contacto con la tierra (salvo en la farándula, 

Lady Gaga

en la política, 

Vicente Fox

en los deportes, 

Michael Jordan

y por supuesto en el espacio).

Astronauta Volador No Identificado

Si "un pequeño paso para un hombre puede ser un gran paso para la humanidad" (Neil Armstrong) y "un viaje de miles de kilómetros comienza por un pequeño paso" (Lao-Tse), es preciso amarrarse bien las agujetas. Comencemos desde colocarlas. 

La manera más sencilla es pasar uno de los extremos por los dos primeros orificios interiores, generalmente de afuera hacia adentro por el primer orificio y luego de adentro hacia afuera por el segundo (los niños rebeldes suelen cambiar este paso desde ya). Hecho esto, los dos extremos se deben encontrar a la misma distancia. 

Luego, cruza las agujetas una y otra vez por los orificios superiores faltantes, como si fueran dos dragones entreverando su camino. 

Avatar con música de Game of Thrones

Ok, exagero un poco. Sólo intercala las agujetas. 

Llegamos al momento más complicado de la trama...

Neil deGrasse Tyson

Las agujetas cambian de posición, pero antes una se retuerce en la otra. En un arrebato de ánimo, se forma una elipse vertical en cada mano, aunque más bien parecen dos personas de pie con los brazos caídos. Cuando las tengas afianzadas, permite que se abracen, que una envuelva a la otra por un costado primero y luego debajo de su ser. Por último, aprieta el nudo que las une, pues no hay más seguridad en el mundo que la unión, aunque, como cualquier unión, cuida que el abrazo no sea tan fuerte que pueda estrangularlas ni tan débil que desbarate su cariño. 

Foto recuperada de: "Matemáticas en tus zapatos: hay casi dos billones de formas de atarse los cordones" (https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2014-04-28/matematicas-en-tus-zapatos-hay-casi-dos-billones-de-formas-de-atarse-los-cordones_121001/)