El tiempo en el que cada persona era una isla


(Gustav Klimt, "El beso")


Ennio,

quiero contarte sobre el momento por el que está pasando prácticamente todo el mundo.

Un virus, uno de tantos, mantiene a miles de millones de personas resguardadas en sus casas. Llamamos virus a un ¿agente, organismo? que no está ni vivo ni muerto, que es pequeñísimo (algunos son tan pequeños que no pueden observarse al microscopio) y que tiene esa capacidad que es supervivencia y extinción: la reproducción. 

Este virus, que ha cobrado la vida de miles de personas, cambió las relaciones entre países, estados, ciudades, pueblos, vecindarios e incluso miembros de la misma familia. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: dado que se trata de un agente muy pequeño, la distancia que existe entre una persona y otra al extender sus brazos es, para el virus, un universo. Una manera efectiva de detener su propagación es mantener cierta distancia unas personas de otras. Esa distancia, sin embargo, puede ser igualmente un universo para aquellos que solían estar cariñosamente unidos. ¿Te imaginas? Nietos que no pueden acercarse a sus abuelos; madres infectadas que no pueden besar a sus hijos; reuniones familiares postergadas; cumpleaños que se festejan discretamente; despedida de un ser querido a través de una pantalla; ceremonias luctuosas desoladas.

De algo, sin embargo, estoy seguro: este mal tiempo pasará, no sin disputas, no sin culpas, no sin desinformación (no hay tiempo para estar más atento a los falsos profetas que en época de crisis), no sin inocentes (como en la guerra, en los tiempos difíciles lo primero que cae es la verdad); pero al fin y al cabo pasará. Por ahora, la tormenta sigue su curso, pero en cuanto pase, podremos de nuevo darnos la mano, saludarnos sin miedo, platicar con un desconocido en la fila del supermercado como si fuéramos viejos amigos, abrazarnos por el simple gusto de abrazar, acariciar el rostro de la persona amada y llenarnos de besos cada vez que nos veamos. 

Esta nota, hijo mío, es de alguna manera un recordatorio personal y colectivo del tiempo en el que las personas fuimos pequeñas islas en medio de un mar calmo y silencioso.


Comentarios

Entradas populares